sábado, 6 de diciembre de 2008

El Aleph

No creo que una imagen pueda asemejarse mínimamente al título de la entrada, so fuera ilustraciones.

א. Código html &#1488. Aleph. Primera letra del alfabeto hebreo. En matemáticas ordinal infinito que no es equipotente a ningún ordinal más pequeño, a saber que será eso de equipotente. Pero no estoy pensando en eso, si no en El Aleph. Uno de los cuentos más famosos (Borges) y de los mejores que he leído. O quizá estaria mejor decir uno de mis preferidos y el mejor que he leído.

Preferiría no contar el argumento, pero como nadie lo va a leer a partir de la recomendación de un tipo que escribe con una sola mano en un círculo, ya de por sí muy reducido, de personas como son los que pueden leer esta entrada o/y blog, pues tampoco voy a cortarme.

Lo más probable es que el cuento sea en clave de humor (junto con algunas rencillas pendientes a las que intenta aludir con algún paralelismo), pero hay quienes lo tratan desde un lado filosófico-existencialista (que palabra fea joder) que ya toca temas totalmente extraliterarios. Genial descripción sucesiva de lo que Borges ve simultáneamente en el Aleph: [...] vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero qué ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo. Pero el todo no es mayor que alguna de las partes. Es por eso que es un punto pequeño situado en un ángulo concreto en un escalón de un sótano. La historia se centra en la relación que mantienen dos escritores a partir de la muerte de un nexo, Beatriz. Sólo cuando uno de ellos es consciente de que pueden quitarle su secreto, es cuando se lo cuenta a Borges.

Mientras escribo me estoy percatando que cada vez hablo más de literatura (a pesar de ser casi un ignorante en ese tema) y menos del resto. Quizás me equivoqué en mi pasado académico. Me lo haré mirar. Tendré que ver otra vez El Club de los Poetas Muertos.

No hay comentarios: