martes, 30 de septiembre de 2008

Pensando en voz alta


Es difícil hacer algo extraordinario. Sin embargo es cada vez más fácil ser rutinarios. Lo somos. The same, another day. Ayer, o quizá cualquier día como ayer leí algo diferente. Voilá! un chico catalán había dejado su país natal, para irse a Indonesia (creo recordar, no es algo que me sobre, la memoria, digo). Lo extraño es que dejó su trabajo y familia para irse a luchar en una especie de lucha salvaje, en la que apenas existen reglas. Dejó su casa para dormir en un tugurio con los únicos muebles que son libros de filosofía oriental. Apenas ganaba en sus combates para poder existir. No era el dinero lo que le importaba. En occidente, decía, la vida se pasa trabajando para tener un coche y una casa. Y cuando se consigue. Un coche mejor. Una casa mejor. Lo peor de todo es que probablemente, este chico que parezca estar loco, puede, llevar razón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Este texto es tuyo?

Anónimo dijo...

Ufffff, que ganas de dejarlo todo de vez en cuando en busca de algo que realmente te llene, te haga sentir que vives y no que eres un producto más de esta sociedad cada vez más destinada a la caducidad. Gracias

Leo dijo...

El chico había ido a Tailandia, lo sé porque yo también leí la noticia, hacía una lucha parecida al vale tudo y vivía en un piso que le costaba 40€ la semana. Da que pensar... Ya que estamos, siguiendo este rollo de huidas de lo rutinario, recomiendo la peli "Hacia rutas salvajes", de Sean Penn basada en hechos reales.

sol(y)edad dijo...

Llevas razón, es Tailandia, pero lo de los 40 euros será mensuales.

Me apunto esa peli, un saludo zendel :)