viernes, 22 de febrero de 2008

Dorso como sinónimo de vuelta

Ya sos mayor de edad
tengo que despedirte
pesimismo

Trece, u once más dos para los supersticiosos, son los días que llevo sin contar nada, sin decir nada. Más bien, trece son los días que llevo sin poner algo encontrado de cualquier sitio, y que bien a mí, o bien a la amplia mayoría de los que creo son mis lectores (no sé si mejor sería blogvidentes) pienso que podría interesarle. Trece son los días de ausencia sabática, sin un por qué, sin una razón, quizá en un momento pensé que debía dejar de lado el blog y así lo hice. Para algunos será mucho tiempo, para los que me odian o no le gustan mi blog (les recomiendo que podría ser mejor si ni siquiera entrasen) habrá sido una dulce y placentera pausa que se ve interrumpida desde el mismo ya. Quiero dejar claro desde las primeras líneas, que esta entrada no tiene un video que reproducir o una foto que mirar, tampoco una canción que escuchar ni unos consejos que recibir (en este último caso me refiero a algún consejo que haya sacado de alguien importante, faltaría más), así que si quieren economizar energías o tiempo, pueden pasar directamente a otro enlace. Tengo que afirmar que es la primera vez que escribo algo, la verdad es que exactamente no se ni lo que es, sabiendo que lo va a leer gente que me conoce. Aunque no lo crean, originariamente el blog era de Sol(y)edad, a quién nadie de vosotros conocíais, y que por hache o por be, el noventa por ciento de los lectores, si no todos, hoy en día relacionáis con un nombre y apellido. Evidentemente, considero que parto con desventaja, en cierta forma, vosotros estáis leyendo algo sobre mí, o sobre lo que siento en este instante, que bien puede ser diferente al de dentro de dos instantes, mientras yo no sé siquiera quién tiene abierto el blog, o quién me lee en estos momentos. Escribió una vez Benedetti: …estoy jodido/ y radiante/ quizá más lo primero/ que lo segundo/ y también/ viceversa. Supongo que eso nos pasa a todos en muchos momentos si bien en mi caso, suelo ser bastante optimista. A día de hoy, no he encontrado nunca un problema que pueda llamarse como tal, y es que, siempre que me pongo a darle vueltas a la quijotera (haciendo un guiño al gran Stanley Kubrick) llego a la conclusión de que lamentarse por algo, sería una falta de respeto, faltar el respeto a esas personas que desgraciadamente no tiene la misma chance que tu y que yo (me refiero a esas necesidades que podemos cubrir y que Maslow situaría en la base de su pirámide). Sin embargo, también pienso que esa ventaja que tenemos a veces hace que nos transformemos en auténticos gilipollas. Unos completos alcornoques que nos guiamos por la cruz de guía de unos pocos, creando lo que cada vez son más modas, y lo que cada vez excluye más al que no pertenece a esa moda, viéndolo como algo raro y al que en casos normales se le mirará mal. Ejemplo de ello, lo tenemos en internet, lo que para mí se le puede sumar a las grandes revoluciones de la historia. Bajo mi punto de vista, Internet todo lo acrecenta y lo hace más radical si puede ser. Si se sabe usar, es la mejor herramienta, no sólo para trabajar sino como forma de usar el ocio de la manera más eficiente posible. ¿Y lo malo? Pues todos los vicios se incrementan en Internet. Claro que esto es una opinión, y como todas ellas pecan de personalidad, de subjetividad, y a veces de egoísmo. Y es que lo que en internet uno rescata o crea y se acepta por una mayoría como lo más cool del momento, en un tiempo record pasa a aceptarse de Australia a Canadá pasando por EspaÑa, claro está. No quiero citar ejemplos, pues todos conocéis más de uno y todos estamos y/o pertenecemos a uno o más de esas modas. Lo único que pretendo es que observéis con cierta perspectiva, si de verdad pensamos por nosotros mismos, o hacemos lo que hace el resto, porque simplemente es lo más aceptado. Y en el fondo, eso es lo que buscamos todos, la aceptación del resto, y es que llegamos a ser tan imbéciles que nos importa más la opinión del gilipollas de al lado, que seguramente le da más valor a lo que otro dice de él que lo que él mismo piense, que lo que realmente pensemos. Pensad. Por vosotros mismos, claro. Hoy, no sé si ya viernes, o jueves noche o lo que realmente sea, comienza la campaña electoral año 2oo8 para elecciones generales y de nuestra comunidad. Andalucía, cuál si no. ¡Qué casualidad!, no pienso soltar un rollo político, más que nada porque no me gusta sentirme como los políticos intentando convencer a alguien de que este es mejor que aquel y que el otro es peor que este, más que nada porque no creo que nadie pueda asegurar eso. Lo que si recomiendo es que vayan a votar. ¡Qué rollazo!, puede ser, pero es la única forma de exigir algo, pues el que no vota es como el que da carta blanca a quién coño quiera que sea el que dirija, y claro está, salga beneficiado al hacerse cargo de las riendas del país. Ya sabéis si les gusta el gallego de la barba, tenéis que votar al PP, ¿preferís al castellano de las cejas? Pues al PSOE, lo mismo os identificáis más con algún regionalismo o nacionalismo, que no es lo mismo, valga la redundancia, pues ídem de ídem, y si os pasa como al ochenta por ciento del país, que no os gusta ninguno, pues votad nulo. Voten. Yo hoy me he perdido el debate económico entre el número dos del PP y el ministro de economía. La verdad es que tenía ganas de verlo, una buena forma de recordar macro y microeconomía, pero también de oír algo que por fin te suena. Quizá, en eso se basa la política, en crear ignorancia respecto al tema del que se quiere hablar utilizando palabras dificultosas y que normalmente están vacías. Quizá si un político hablara como tu y como yo, no existiría política, y por ende, tampoco los sueldos que ellos reciben. Quizá pienso más de la cuenta y el ignorante soy yo. Lo que está claro, es que tenemos que elegir quién nos represente, si bien luego nadie se sienta identificado, y es que votamos de cuatro en cuatro años, no todas las semanas a las nueve de la mañana. Me acabo de dar cuenta de una cosa, y es que creo que ya he pensado mucho por hoy, es tarde, tarde para la mayoría que acepta que las dos de la mañana es tarde, y como yo aún sigo imitando dichas pautas, creo que voy a parar de darle golpes al teclado. Esperando que en un futuro la única pauta reconocida que siga por norma sea el de ser feliz, me despido hasta otro día. He dicho. Sol(y)edad.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

PEDAZO DE PARRAFO QUE HAS PUESTO! PERO ME LO HE LEIDO ENTERO xD, ME ALEGRO QUE VUELVAS A LAS ANDADAS, ME GUSTA TU BLOG PONES TEMAS MUY INTERESANTES.


R.LopeZ

« Raffa » dijo...

Me han gustado mucho algunas partes del texto, en otras, discrepo. De todos modos es tu opinión :)

Espero con ansias tus nuevas entradas.

Por cierto, deberías estar muuuuuy aburrido para escribir semejante tochazo...

Me voy a freir espárragos xD

Anónimo dijo...

Me parece un párrafo muy adornado con palabras, muy bien hablado pero sin verle el sentido de lo que querias decir, decias mucho pero nada. Y solo es mi opinión pero en esta vida de nada sirve comerse tanto la cabeza en seguir modas bla bla bla, creo que a veces el pensar tanto te limita en la acción, pero solo es una humilde opinión, siento no tener tu don de palabra pero espero que se me entienda igual. Me alegra tu vuelta.

sol(y)edad dijo...

Quizá no me he expresado bien en tu opinión, pero no creo que no haya dicho nada. Respecto a lo de las modas, no creo que el pensar diferente o pensar diferente sea limitar nada ni bla bla bla... y no, no tengo ningún don de palabra. Podría ser que tú en tu comentario hayas dicho más cosas que yo con mil palabras, pero si te escondes detrás de un anonimato, algo falla. Y más cuando nos conocemos. Gracias R. Lopez y Raffa.

Anónimo dijo...

¿Nos conocemos? el caso es que no me apetece decir quién soy, no pienso que por ello algo falle (es algo estúpido), si que admiro tu valor de abrirte en público de esa manera, y quizás no te haya gustado demasiado mi comentario pensé que las críticas no tan positivas también las agradecias.